Libro: The Brewmaster’s Table, de Garret Oliver

The Brewmaster's TableOtro libro que afortunadamente se puede encontrar en España a un precio razonable, pero que por desgracia no está en español. The Brewmaster’s Table es una guía sobre cómo maridar cerveza y comida, y me ha parecido bastante interesante aunque no exactamente por la parte del maridaje. El autor, Garret Oliver, es el brewmaster de Brooklyn Brewery, en Nueva York, editor jefe de The Oxford Companion to Beer, autor de varios libros sobre cerveza y juez habitual de varias competiciones tanto en EE.UU. como en Europa. También escribe en varias publicaciones sobre cerveza.

El libro está dividido en tres partes bien diferenciadas. La primera incluye qué es la cerveza, su historia y entra en los parámetros generales de cómo maridar cerveza y comida. No me pareció aburrida, ni mucho menos, pero tampoco creo que presente ninguna idea revolucionaria ni demasiado novedosa. Nos habla de contrastar sabores y de aumentarlos a través de la cerveza que decidamos utilizar para acompañar un plato. De las características de la cerveza y cómo afectan al tipo de comida al que acompañar con ella, y de varios tipos de comida y qué tipo de cerveza les van bien. Aunque no especialmente novedoso, sí que tiene muchos detalles y datos interesantes desconocidos, al menos para mi.

La segunda es la que me ha parecido más interesante de las tres. En ella el autor nos pasea a través de las diferentes cervezas tradicionales: lámbicas, de trigo, inglesas, ales belgas, lagers alemanas y checas, artesanales americanas… Pasa a través de la historia de cada una de ellas, con ejemplos de sus representantes más características y sus notas de cata, así como platos específicos y tipos de comida con las que maridarlas. Aquí la parte del maridaje se hace más detallada ya que habla de cervezas y platos específicos, y no generalidades, aunque lo que más me ha gustado ha sido la parte histórica de los estilos y las notas de cata. Especialmente detallada es la parte de las cervezas inglesas a las que el autor presta especial atención y parece tener especial cariño después de haber vivido en Londres durante su juventud.

Chimay en un vaso tipo cáliz, ¡cómo debe ser! (o eso dicen)

En la tercera, que más que una parte similar a las otras dos podría haber sido presentada como un apéndice, nos habla de lo que él mismo llama la parafernalia (the ceremony) que incrementa el placer que nos ofrecen la comida y la bebida y que para él, en el caso de la cerveza, consiste en la temperatura, el vaso y el cómo se sirve. Me gusta que en todo esto intenta tener en cuenta que en casa no todo el mundo tiene todos los tipos de vasos de cerveza del mundo y que nuestro frigorífico está normalmente a unos 4ºC. Así, las recomendaciones sobre vasos son generales y no pretenden ser normas estrictas: cualquier copa de vino funciona perfectamente para cerveza; cómo los vasos específicamente diseñados para algunos tipos de cerveza ayudan a incrementar la apreciación de sus características; y cómo algunos vasos, por mucho que nos empeñemos, no son ideales, refiriéndose específicamente al típico vaso de pinta americano con laterales rectos. Sí, exactamente ese del que tengo unos 35 diferentes con los logos de diferentes cerveceras, favoritas y no favoritas ¡maldición! Pero no importa que vaso utilicemos, lo que sí es importante es que esté realmente limpio. Sobre esto, el otro día oí un truco para saber si nuestro vaso está realmente limpio para cerveza: llénalo de agua, vacíalo y en ese momento espolvoréalo con sal. Las partes de cristal que no estén realmente limpias no atraparán la sal ya que el agua se habrá escurrido de ellas más rápido.

Sobre la temperatura, no hay mucho que contar. Cuanto más fría está una cerveza, menos podemos apreciar sus detalles más sutiles. Y si algunos fabricantes se empeñan en que bebamos su cerveza tan fría como sea posible, por algo será. Pero entre congelada y caldorra hay una gran gama de grises y nos cuenta como cada tipo de cerveza tiene su temperatura ideal.

Y por último, cómo servir la cerveza. En esto hay muchas teorías y el autor aboga por la misma que Michael Jackson, el de verdad, recomienda en su libro The Great Beer Guide. Yo, personalmente, estoy sólo parcialmente de acuerdo y suelo servir más siguiendo la teoría de Randy Mosher en Tasting Beer, del que hablamos hace unas semanas. Divertido que ambos autores recomiendan formas casi totalmente opuestas. En cualquier caso, mucho mejor que leerlo es verlo, y aquí hay un vídeo que explica ambas teorías, así como la propia del autor del vídeo y una que no recomienda (la primera).

En la parte de lo que no me ha gustado tengo que destacar los ataques indiscriminados al vino y los comentarios sobre la imposibilidad de maridarlo con ciertas comidas. No sé si será cierto o no, porque no soy un experto en el tema, pero sí sé que hay un sitio y un momento tanto para cerveza como para vino, como para otras bebidas, refrescos incluidos. Otra cosa imperdonable, en mi opinión, es dejarse Franziskaner fuera de los ejemplos de las Hefe, pero bueno. Y por último, algo que puede notarse en algunos casos es que la edición es de 2003 y hay cervezas y cerveceras que no aparecen y que probablemente lo harían de publicarse una edición revisada.

En general, un libro interesante con el he aprendido sobre varios estilos tradicionales cerveceros y de algunas de sus representaciones más características. Y por si eso fuera poco también me ha dado pistas que desconocía sobre qué cerveza de las que tengo en la nevera elegir dependiendo del plato que tengo preparado para la cena. ¿Qué más se puede pedir?

¡Salud!

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